Los castañares son un aliciente especialmente bello en esta época del año. Como ya hemos hecho en alguna que otra ocasión, os vamos a proponer una nueva ruta en autocar, vehículo que siempre podemos alquilar y que nos permitirá disfrutar en grupo de parajes únicos, moviéndonos de forma rápida, limpia y segura.
Esta vez vamos a introducirnos en la provincia de Ávila desde Madrid. Con el inicio del valle del Tiétar, en la confluencia de tres valles más pequeños, comienzan varias de las rutas más espectaculares en otoño y que se encuentran a tan solo 70 kilómetros al Oeste de la capital de España. Coincide, como decimos, con el nacimiento del río Tiétar en las Rozas de Puerto Real, con el valle que lleva su nombre y con la propia Sierra de Gredos.
Hasta allí llegaremos desde Madrid siguiendo el trazado de la M-501 más allá dela localidad de San Martín de Valdeiglesias. Una vez coronemos un pequeño collado pasado el municipio de Navahonda, un nuevo valle se abrirá ante nosotros. Lo notaremos en la propia vegetación, diferente y más húmeda que la de las estribaciones más inmediatas por las que acabamos de transitar de monte bajo del Oeste madrileño.
El collado se corona con una rotonda, en la que os recomendamos que giréis a la derecha, tomando la M-549 hacia la localidad de Casillas. Nuestro objetivo es alcanzar ese municipio, cruce de los valles de La Hiruela, de El Tiemblo, y del mismo que lleva su nombre, el de Casillas. Es un buen lugar para dejar aparcado nuestro autocar y plantearnos una de las muchas caminatas que esta zona de sierra nos propone, con bosques de castaños que ya habremos avistado por la carretera, y que conforman pasajes sobrecogedores de belleza y misterio.
De este modo, podremos dirigirnos caminando hacia la localidad de El Tiemblo, situada al otro lado de la montaña y sierra. Es una de las muchas opciones que propone esta sierra de la edad Paleozoica. Podemos, del mismo modo, afrontar la subida hacia el Puerto de Casillas que da acceso al Valle de La Hiruela. Justo en ese punto, nace un sendero muy recomendable, que lleva hasta el llamado Pozo de la Nieve, donde antiguamente se acumulaba la nieve desde la época de los reinos árabes con el objetivo de contar con hielo durante los periodos estivales.
Como veis, en pocos kilómetros cuadrados podemos disfrutar de innumerables rutas. Una vez finalizadas, podemos regresar, o bien, continuar hacia nuevas jornadas recorriendo el valle más allá de la localidad de Sotillo de La Adrada.