Este está siendo uno de los inviernos más benevolentes en lo que a condiciones climatológicas se refiere. Las temperaturas son bastante altas para la época del año, y eso también condiciona en cierta medida nuestra conducción.
Pese a esto, hoy queremos daros algunos consejos útiles para la conducción invernal con nieve o hielo. Esto puede veniros muy bien si estamos pensando en alquilar un autocar o un autobús durante estas fechas, o sencillamente, para el día a día de cada conductor ante la posibilidad de toparse con una nevada. Y es que no conviene confiarse con que todo el invierno será así, quizá la nieve tarde o temprano haga acto de presencia.
El primer signo inequívoco que nos tiene que llevar a extremar la precaución es ver la carretera muy brillante, o directamente blanca. Debemos reducir el uso del cambio de marchas en lo que nos sea posible. Los modelos automáticos vienen equipados con una función específica que suaviza el cambio de marchas.
La misma suavidad que aplicamos a las marchas debemos prestarla con nuestras frenadas, sin pisar a fondo el pedal y frenando poco a poco. La distancia de seguridad está directamente relacionada con esto. Debemos cumplirla más que nunca, incluso algo más de lo que lo hacemos habitualmente, teniendo en cuenta que los recorridos del vehículo hasta su detención serán mucho más extensos que de lo normal.
Por supuesto, hemos de olvidarnos de cualquier tipo de conducción agresiva, evitando giros bruscos. Es curioso como muchos abusan del freno motor para detener sus vehículos (aunque parezca obvio, frenar el vehículo se ha de hacer con el freno), pero precisamente en estos momentos es cuando conviene invertir la situación. Es decir, es mucho más preferible perder velocidad en una curva utilizando el freno motor, sin soltar el acelerador bruscamente, que hacerlo con el freno.
Debemos estar muy pendientes de la presencia de hielo. Si conducimos con nieve, este hará acto de presencia en zonas sombrías. Para combatir el hielo nuestro mejor aliado serán las cadenas, de las que debemos hacer uso en función de las indicaciones de la autoridad de tráfico. Otra solución a la que recurren los que viven en zonas de montaña son los neumáticos de invierno. Pese a suponer un gasto considerable, si vivimos en una zona de nevadas de temporada podemos llegar a amortizarlos de forma significativa. Y es que su funcionamiento óptimo comienza en temperaturas por debajo de los 7 grados.