La ciudad de Barcelona se está caracterizando en los últimos tiempos por tratar de luchar contra la contaminación fomentando el transporte público y la movilidad alternativa. En ese sentido, no está de más recordar que el autocar es el medio de transporte más limpio en lo que se refiere a motorizaciones térmicas, teniendo en cuenta la relación entre viajes y cantidad de pasajeros que transporta.
Y lo que es más importante, poco a poco los autocares también van adaptándose a los nuevos tiempos y a las necesidades del medio ambiente, y cada vez encontramos más autobuses que se mueven a base de combustibles como el gas natural, los gases licuados del petróleo (GLP), hidrógeno; o que son híbridos, híbridos enchufables o 100% eléctricos.
Hoy os hablaremos precisamente de este último caso, porque Barcelona ha puesto a funcionar el primer autobús exclusivamente eléctrico por sus calles. Lo hace en horario nocturno, más bien como un experimento cubriendo las líneas N12, N13, N14, N15, N16 y N17, en los municipios de Barcelona, L’Hospitalet, El Prat, Esplugues, Cornellà, Sant Boi y Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Viladecans, Gavà y Castelldefels.
Llama también que el modelo en cuestión seleccionado sea de fabricación nacional. Se trata del Irizar i2E, famoso además por formar parte de la flota de otras ciudades emblemáticas del transporte como la misma Londres.
Al tratarse de un autocar 100 eléctrico, os preguntaréis sobre su autonomía, por esa ansiedad de quedarse tirados en mitad de un trayecto. La verdad es que esa preocupación es casi inexistente, pues el modelo cuenta con una autonomía de entre 200 y 250 kilómetros, en función de las condiciones de conducción. La base de esta autonomía está en sus baterías, compuestas de sodio-níquel, y que son capaces de atesorar una capacidad energética de 376 kilovatios a la hora.
Por tanto, el autobús del fabricante vasco Irizar es capaz de realizar una jornada completa de entre 12 y 14 horas sin necesidad de recargar sus baterías. En caso de emergencia, también puede acometer una parada para una carga superficial que le permitiría recuperar la mitad de la energía.
Como veis, se trata de una solución sostenible y no tan descabellada como algunos piensan para mejorar aún más los autobuses urbanos y librarnos de la nociva contaminación que asola algunas ciudades.